Que tire la primera piedra quién no haya manchado alguna prenda a la que le tenía un especial cariño.
Así empezamos este post drama.
Quizás tengas en tu familia a esa persona arreglalotodo que te salva de las situaciones difíciles. O puede que esa ayuda te la de el todopoderoso Google.
Vivimos en un mundo en el que nos encanta ir a contrarreloj. Rectificamos; no nos gusta, pero no nos queda otra que ir de vez en cuando un pelín pasados de revoluciones.
Las prisas y las manchas no se llevan muy bien. Te revelamos cuáles son los alimentos más peligrosos que pueden estropear tu prenda favorita.
Lo primero y más sencillo son estos 2 tips indiscutibles:
Consejo número 1: cuánto antes actúes, mejor!
Consejo número 2: Has seguido el consejo y la mancha aún está algo presente una vez que metiste la prenda a la lavadora. Pues bien: NO LA METAS EN LA SECADORA.
Lo que lograrás es que la mancha se adhiera todavía más a las fibras de la prenda.
Tranqui, no sufras. Es sencillo si la información es clara y concisa.
¡Allá vamos!
La lista de las 6 peores manchas que puede sufrir tu prenda favorita:
1. Manchas de grasa/aceite.
Lo primero que debes conocer es que los helados y el chocolate contienen mucha grasa. La primera recomendación es mojar la prenda con agua fría y hacerlo una segunda vez del mismo modo.
Otros métodos por si la mancha persiste son:
Espolvorea talco o sal (refinada) sobre la mancha. Deja que actúe 30 min. y a continuación enjuaga.
Eso ayudará a absorber grasa y a evitar que penetre en las fibras.
Si no has conseguido que la mancha desaparezca, te recomendamos que apliques el detergente directamente sobre la mancha y dejes actuar una hora. Vuelve a lavar la prenda.
2. Manchas de bolígrafo o rotulador.
Debemos conocer que no es lo mismo borrar una mancha de un bolígrafo a base de agua o un rotulador que es a base de aceite.
La primera mancha, es mucho más sencilla de aniquilar: Son las manchas producidas por las plumas, los marcadores fluorescentes o los bolígrafos de gel.
Primero necesitamos humedecer la mancha. A continuación coloca un paño bajo el tejido y comienza a mojar la mancha con alcohol o vinagre blanco. Ten paciencia en este proceso. Tómate el tiempo que sea necesario.
Recalcamos la importancia de no lavar la prenda antes de hacer este truco. Si lo haces, lo que conseguirás será adherir más la mancha a la prenda.
Las manchas producidas por rotuladores o bolígrafos comunes que contienen base de aceite dan más quebraderos de cabeza.
En este caso el éxito dependerá del tipo de tejido; no es lo mismo neutralizar una mancha en poliéster que en algodón. Las telas naturales absorben mucho más rápido los tintes.
Pero tiene solución si actúas con rapidez: sumerge la mancha en alcohol y deja actuar 10 min. y pasado ese tiempo frota la mancha con jabón.
El quitaesmalte puede ser también muy útil, pero utilízalo con cuidado. Tiene componentes químicos que pueden dañar tu prenda. Haz una comprobación en una pequeña área del tejido antes.
El jabón quitagrasa que anuncian con protección para las manos, es una respuesta muy eficaz: esa protección que le da a tus manos, será igual de respetuosa con la tela y conseguiremos que el tejido no se dañe tanto.
3. Chicle pegado a la prenda.
No es una mancha en sí, pero bien es cierto que un chicle seco puede darnos quebraderos de cabeza para conseguir quitarlo de nuestra prenda.
La solución es muy pero que muy sencilla: pon hielo sobre el tejido donde esté pegado el chicle. Con esto conseguirás que el chicle se congele. Así podrás quitarlo con facilidad ayudándote de un cuchillo, una espátula o unas pinzas.
4. Manchas de café.
Si la prenda que se ha manchado es de algodón o de lino y la mancha es reciente, bastará con espolvorear sal sobre ella. Deja que la sal absorba los restos de café y a continuación mete la prenda en la lavadora.
Si la mancha ya tiene un tiempo,y la prenda es blanca lo que necesitas para conseguir que desaparezca es frotar con agua oxigenada o lejía antes de lavar la prenda a máquina.
Cuándo son prendas de color utiliza glicerina (muchos desmaquillantes contienen glicerina).
Si la prenda es de seda o de lana tu mejor aliado será un huevo. Sí, un huevo. Bate el huevo y mézclalo con agua templada. A continuación vierte la mezcla sobre la prenda en cuestión. Necesitarás darle un último lavado en la lavadora y tu mancha se habrá esfumado.
5. Mancha de maquillaje.
Si has tenido la mala suerte de mancharte de maquillaje o labial la prenda, nada más ponértela, o te has ensuciado cuando ya no estabas en casa, lo primero que debes probar es a limpiar el desperfecto con el desmaquillante que utilices; ya sea tónico, leche o agua micelar. Ayúdate con un disco desmaquillante y muy importante: No frotes la mancha. Lo único que conseguirás será esparcir más el borrón.
Otra opción rápida si no tienes a mano estos productos es usar una toallita de bebé o desmaquillante.
Si aún así la mancha no ha desaparecido, deberás lavar la prenda en la lavadora. Es una mancha persistente, así que lo recomendable es que antes de meter la ropa a la lavadora, añadas algún truco más para asegurarte el éxito de la desaparición completa:
- Aplicar bicarbonato de sodio mezclado con agua sobre la superficie del borrón.
- Sumergir la prenda en agua con vinagre durante 1 hora.
- Administrar una pequeña cantidad de agua oxigenada sobre la mancha y dejar actuar 20 min.
- Añadir talco o sal a la superficie del borrón también puede resultar de mucha ayuda. Deja reposar el producto sobre la mancha mínimo 30 min.
6. Manchas de huevo.
Estas manchas visualmente son muy feas.
Para hacer que desaparezcan; mezcla en el agua 100 gramos de sal y remoja durante 10 minutos tu prenda.
Luego solo tendrás que sacarla, enjuagar con agua tibia y ¡adiós mancha!
Recuerda: la vida es para disfrutarla, y eso conlleva que alguna que otra vez nos llevemos un pequeño susto creyendo que hemos perdido para siempre nuestra prenda favorita.
Esperamos que este post te haya sido de mucha ayuda. Te recomendamos guardar la imagen explicativa para tenerla a mano, por si los nervios te juegan una mala pasada y utilizas un método que pueda ser contraproducente para la mancha en cuestión.
¡Larga vida a las prendas!